Se trata a de una ópera latina desarrollada en un contexto urbano de un barrio latino.
La idea original es que la salsa no ha muerto. En toda la trama el relator comenta lo que sucedía en los tiempos en que la salsa estaba viva. Sin embargo, todo es un pretexto para presentar diez diferentes ritmos de salsa con alto contenido lírico. Las primeras canciones son las más alegres, pero lentamente pasa a ritmos más pausados y canciones tristes. Luego finaliza con una celebración de la salsa justamente en ese ritmo que creó el extraordinario músico cubano no vidente Arsenio Rodríguez.
La canción es Cimarrón. Esta es la única que está totalmente grabada y cantada por Tatiana Ríos, ganadora del Festival de Viña del Mar en 2016 como mejor canción folclórica. Cimarrón en ritmo de chachachá es una loa a Bayano, el negro cimarrón que organizó palenques y presentó resistencia a la colonia española. Se inspira en la poesía de Demetrio Korsi Chimbombó aunque todo el contenido demuestra que se trata de Bayano. Hace alusión también a los valerosos Felipillo, Mozambique, Antón Mandinga y a Benkos Biojó, cimarrón de Cartagena, Colombia.
La producción cuenta con 10 temas, la primera canción está completamente incluye un solo de timbal del ganador del Grammy Ricky Salas, del nominado al Grammy Herbert Ureña y de la joven percusionista Milagros Blades, en algunas de las canciones de la maqueta cuenta con participación como solistas de los múltiples ganadores de Grammys Wichy López, Carlos Ubarte y Marco Linares, además del legendario Colaquito Cortéz en el violín. Resalto la participación de la leyenda del piano panameño Lloyd Gallimore, director de Los Beachers y los arreglos de Orlando Libreros.
Las voces en los coros de Cimarrón son del laureado cantante y actor Luis Arteaga, la joven cantante Thereza Guanti y la leyenda de la salsa Marcos Barraza. En las maquetas la voz principal es de Ángel Liebhart director y cantante de La orquesta La Thali y la participación de la legendaria banda El Hogar.
