La Juventus ha dado un paso ante el Real Madrid que le acerca a Berlín, a la final de la Champions. No es un paso muy largo, pero está más cerca de la capital alemana que el Real Madrid que cayó en Turín y está obligado a ganar en el Bernabéu el próximo martes si quiere estar el 6 de junio en Berlín jugando la final. El equipo italiano ganó en el marcador y en el juego, aunque es cierto que el conjunto blanco estuvo muy cerca de irse del Juventus Stadium con un resultado que le dejase muy bien encarado para llegar a la final. La Juventus jugó mejor, buscó más la portería de un Real Madrid que se puede ir contento de Turín. Sí, porque con un equipo en el que Sergio Ramos estuvo perdido en el centro del campo, Marcelo y Carvajal nefastos atrás y Bale desaparecido, caer sólo por 2-1 es toda una proeza.
Un resultado que deja a los blancos vivos, muy vivos en estas semifinales de la Champions League. Y lo están gracias a James, Isco y Cristiano. Los dos primeros, en cuanto se pusieron a jugar, desarbolaron todo el sistema defensivo de la Juventus, mientras que el portugués volvió a hacer gala de su olfato de gol al estar donde se espera un delantero como él para marcar. Este trío aguantó al Real Madrid arriba cuando peor lo estaba pasando, sobre todo en la primera parte, y logró algo que parecía imposible: empatar un encuentro que era de la Juventus. El equipo italiano jugó unos primeros 20 minutos de lujo. Presionando arriba y ahogando al centro del campo blanco, el equipo italiano pasaba por encima de un Madrid que no sabía qué hacer. Morara, Vidal y Morata hacían lo que querían y fruto de eso control llegó el 1-0 de Morata en el minuto nueve al aprovechar un rechace de Casillas tras un disparo de Tévez. La pesadilla blanca no acabó ahí porque la Juventus quería más. Ocasiones tuvo para marcar, pero no acertaron y el tiempo se convirtió en el mejor aliado del Real Madrid que pasados esos 20 minutos logró hacerse con el balón, calmar el partido y ahí se equivocaron los italianos. Isco y James comenzaron a jugar y eso provocó las primeras ocasiones del Madrid que logró empatar en el minuto 26 por obra de Cristiano tras un pase de James. El equipo blanco estaba muerto y ese gol le resucitó y fue un duro golpe para una Juventus que no era ni la sombra del que empezó la primera parte. La recta final de esos 45 minutos fue del Madrid y James pudo marcar, pero envió al larguero un balón con toda la portería para él.
Al descanso se llegó con ese 1-1 y con la Juventus siendo consciente que debía recuperar el espíritu del inicio del choque si quería ganar. Lo hizo, pero esta vez no dejaba al Madrid rehacerse cometiendo faltas en la medular para romper el ritmo blanco. Los italianos volvían a mandar, pero tampoco es que crearan ocasiones claras. Hasta que llegó el minuto 56. Un disparo de Marcelo que dio en Kroos en el área de Buffon acabó en una contra conducida por Tévez al que derribó Carvajal en un penalti tonto que transformó Tévez en el 2-1 en el minuto 57. La Juventus se creció con ese gol y buscó la sentencia, pero Allegri, su entrenador, viendo que no llegaba otro gol, decidió quitar a un medio para hacer entrar otro central. Ancelotti, por su parte, buscó el factor Chicharito que entró por Isco, mientras Bale seguía sin enterarse de nada. El mexicano le dio más alegría al fútbol de ataque del equipo blanco que buscaba el empate ante una Juventus que se encerró atrás y lo fiaba todo a las contras. La Juventus estuvo más cerca del gol con un cabezazo de Llorente que se encontró con el santo Casillas que evitó el 3-1. Esa ocasión fue el último acto de unas semifinales que se acabarán de decidir el martes que viene en el Bernabéu.
Extraído de mundodeportivo.com
