Su apego y amor por la música nace en su adolescencia. Bush era fiel oyente de las radioemisoras locales y las cubanas Radio Progreso y la C.M.Q. Cadena Azul, de clara sintonía, captada en onda corta en algunos sitios de la ciudad. A pesar de que empezaron a dominar el idioma español junto con sus hermanos a los 15 años de edad, crecieron escuchando música cubana – programas en vivo con orquestas como: Benny More, La Sonora Matancera con Celia Cruz, Caito y Laito, Bebo Valdés y Su Orquesta y Rolando Laserie.
De tanto oír y observar a sus tíos tocar el saxofón y ejecutar el piano, Bush adquirió algunos conocimientos musicales. En aquellos tiempos, sus padres deseaban que estudiara otra profesión que no fuera música. Curso la secundaria, en el Artes y Oficios, en cuya banda se inicio tocando la cometa, luego paso a ser capitán de la Banda del colegio por un par de anos. Durante estos años de secundaria, formo parte de un grupo musical ‘Salsa’, llamado Son de Oro en la Calle Cuarta del barrio de Vista Hermosa, interpretando la trompeta. Con el tiempo, se integró el saxofonista y flautista Félix Wilkins y Miguel Kaled en la trompeta. Durante los carnavales de aquellos años, este, grupo acompañaba a la comparsa del barrio.
Tocar la trompeta sin una preparación académica, le produjo problemas respiratorios, por lo que el médico le recomendó cambiar de instrumento. Esto le condujo a la percusión, aunque no era su vocación. Bush no se convirtió en percusionista por vocación como otros; cambio la trompeta (instrumento de viento) y empezó a ejecutar algunos ‘golpes’ en la conga. Le atraía mucho el estilo del cubano percusionista Mongo Santamaria. Algunos de sus golpes eran muy sencillos. Decidió: ‘bueno por aquí vamos’, aunque no era lo que deseaba. Casi toda su carrera musical profesional, la desarrollo como percusionista.
