Un Barcelona con un exceso de rotaciones fue devorado por Osasuna en El Sadar, que se impuso al líder por 4-2 en un partido en el que los de Flick tiraron una hora. Pamplona es campo para gente bragada y el Barcelona salió con demasiados pipiolos que perdieron los duelos individuales ante el equipo navarro, que sigue haciendo de su campo un fortín donde sigue sin perder. Ayer, los rojillos explotaron de nuevo a Bryan Zaragoza, la kriptonita del Barcelona.
No se le puede negar a Flick su apuesta por la cantera blaugrana, que vista la alineación una hora y media antes del partido estaba entre la valentía y la temeridad. Cinco intocables hasta el momento empezaron en el banquillo (Íñigo Martínez, Balde, Casadó, Lamine Yamal y Raphinha) mientras que a cambio daba carrete a jugadores como Sergi Domínguez, Gerard Martín, Pablo Torre y Pau Víctor acompañados de Ferran Torres. Toda una declaración de intenciones. Salir a El Sadar con una pareja de centrales de 17 y 18 años y Gerard Martín, de 22, pero con 195 minutos en la élite es de tenerlos muy bien puestos con una alineación inicial que ofrecía una media de edad de 23 años. O no saber donde se metía.
Lo segundo se confirmó nada más iniciarse el partido con un Osasuna superando al baby Barça en todas y cada una de las acciones en las que había un balón dividido. El equipo blaugrana no sabía como sacar el balón jugado desde atrás ante la presión local ny en ataque era inexistente.
Cada pérdida del Barcelona en el centro del campo, y en la primera parte hubo para dar, tomar y repartir, era un susto para los blaugrana. En el minuto 18, Pablo Torre perdió un balón, que llegó a Bryan Zaragoza, que envió un caramelo a Budimir que marcó el primero imponiéndose a Cubarsí.
fuente: as.com